Heidelberg Castle, Germany
byu/Ironyfree_annie incastles

Una majestuosa ruina que cautiva por su historia y su ubicación dramática. El castillo se alza majestuosamente en la ladera del Königstuhl (la "Silla del Rey") a unos 80 m. sobre la ciudad vieja de Heidelberg. Las vistas desde el castillo sobre el valle del río Neckar y el casco antiguo son espectaculares.

Historia

La construcción comenzó en el siglo XIII. Durante siglos, fue la residencia de los Príncipes Electores del Palatinado, uno de los cargos más importantes del Sacro Imperio Romano Germánico. Estos gobernantes lo expandieron y embellecieron, convirtiéndolo en un palacio renacentista de primer nivel.

Su decadencia empezó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), luego fue golpeada por rayos en 1764 y otra vez en el s. XIX lo que provocaron incendios devastadores que lo dejaron en ruinas.

   

 

En el s. XIX los poetas y artistas del movimiento romántico (como Goethe) se enamoraron de sus ruinas pintorescas. Lo vieron como un símbolo de la fugacidad de la gloria humana, y su fama se extendió por toda Europa.

En este castillo se puede ver el barril de vino más grande del mundo (Grosses Fass), construido en el s. XVIII tiene una capacidad de más de 220.000 l., en su plataforma superior hay una pista de baile. En su interior se alberga el Museo de la Farmacia (Deutsches Apotheken-Museum) con instrumentos, laboratorios alquímicos y frascos de los s. XVII al XIX.

La terraza es el mirador perfecto para fotografiar la ciudad y el puente antigua (Alte Brücke).

Los Jardines (Hortus Palatinus), nunca se completaron, pero estos jardines renacentistas se diseñaron para ser la octava maravilla del mundo, hoy en día son un lugar tranquilo y agradable donde pasear.

Como llegar

  • Funicular (Bergbahn), es la forma más popular y pintoresca. Sube desde el Kornmarkt en el centro de la ciudad.
  • A pie, hay un camino empinado, pero muy bonito, que parte del centro histórico, 15 a 20 m.

Tiene una leyenda de un fantasma, el jinete del castillo, un caballero que por culpa de una maldición cabalga todas las noches por los muros del castillo. Todo y estar en ruinas, está bien conservado y vale la pena visitarlo para sumergirse en su atmósfera melancólica y romántica.

Heidelberg

 

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