La flauta tibetana que nos cura
El sonido de la flauta tiene un poderoso efecto en nuestro bienestar general.
En el budismo tibetano y las tradiciones del Himalaya, la música y el sonido son herramientas espirituales profundas.
Armonización de energías.
Se cree que el sonido de la flauta ( a menudo asociado al Dungchen la trompeta larga tibetana- o flautas de menor tamaño) puede armonizar las energías del entorno y de la persona. Algo similar a lo que sucede con los cuencos tibetanos.
Su sonido profundo, grave y vibrante se utiliza como apoyo para la meditación. Ayuda a calmar la mente, facilitando un estado de concentración y quietud interior.
En el nivel práctico el sonido grave sostenido y monótono de la flauta tibetana puede tener un efecto profundamente relajante en el sistema nervioso, es como un baño de sonido que puede:
- Disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial
- Reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
- Favorecer la producción de ondas cerebrales alfa y theta asociadas con la relajación profunda, la creatividad y estados meditativos.
Principio de sincronización (entrainment).
Este es un concepto clave en la terapia del sonido. Nuestro cerebro y nuestro cuerpo tienen sus propios ritmos (ritmo cardíaco, ondas cerebrales). Cuando se expone a un ritmo externo fuerte y constante (como el sonido de la flauta), el cuerpo tiende a sincronizar sus ritmos internos con esa frecuencia externa más lenta y calmada.
Mindfulness y presencia.
Escuchar el sonido ayuda a traer atención al momento presente, alejando la mente de pensamientos ansiosos sobre el pasado o el futuro. Esta práctica de mindfulness esta ampliamente validada para mejorar la salud mental.