@alexroviracelma

Desde que tengo uso de razón, he sentido el mundo con una intensidad distinta. Los detalles, los sonidos, los cambios sutiles en la naturaleza… todo me llegaba con una profundidad que a veces me abrumaba. Me dijeron muchas veces: “Eres demasiado sensible”, como si la sensibilidad fuera una carga y no un regalo. Y quizás a ti también te lo han dicho. Pero con los años entendí que la alta sensibilidad no es un defecto, sino un don. Es una manera de estar en el mundo, una forma de percibir la realidad con una riqueza inusual. No somos frágiles, al contrario: nuestra sensibilidad es una fortaleza cuando aprendemos a comprenderla, cuando dejamos de vernos como alguien que necesita cambiar y empezamos a vernos como alguien que puede transformar su sensibilidad en sabiduría, en creatividad, en compasión. Nos conmovemos con la belleza, nos duelen las injusticias, nos emociona el arte, la música, la naturaleza. Pero también necesitamos aprender a protegernos, a cuidar nuestro espacio, a poner límites. Porque lo que nos nutre, si es demasiado intenso, también nos puede agotar. Pero la sensibilidad bien gestionada es un don extraordinario. Es la capacidad de leer entre líneas, de entender antes de que se expliquen, de anticipar con intuición lo que otros solo ven con el tiempo. Por eso, si eres altamente sensible, no lo escondas. No lo reprimas. Acéptalo. Cuídalo. Porque no es una debilidad, es una luminosa capacidad. Y en este mundo que necesita más empatía, más arte, más conexión… tú eres necesaria o necesario. Gracias por estar aquí, Álex

♬ sonido original - Álex Rovira Celma

Desde que tengo uso de razón, he sentido el mundo con una intensidad distinta. Los detalles, los sonidos, los cambios sutiles en la naturaleza… todo me llegaba con una profundidad que a veces me abrumaba. Me dijeron muchas veces: “Eres demasiado sensible”, como si la sensibilidad fuera una carga y no un regalo. Y quizás a ti también te lo han dicho. Pero con los años entendí que la alta sensibilidad no es un defecto, sino un don. Es una manera de estar en el mundo, una forma de percibir la realidad con una riqueza inusual.

No somos frágiles, al contrario: nuestra sensibilidad es una fortaleza cuando aprendemos a comprenderla, cuando dejamos de vernos como alguien que necesita cambiar y empezamos a vernos como alguien que puede transformar su sensibilidad en sabiduría, en creatividad, en compasión. Nos conmovemos con la belleza, nos duelen las injusticias, nos emociona el arte, la música, la naturaleza. Pero también necesitamos aprender a protegernos, a cuidar nuestro espacio, a poner límites. Porque lo que nos nutre, si es demasiado intenso, también nos puede agotar. Pero la sensibilidad bien gestionada es un don extraordinario. Es la capacidad de leer entre líneas, de entender antes de que se expliquen, de anticipar con intuición lo que otros solo ven con el tiempo. Por eso, si eres altamente sensible, no lo escondas. No lo reprimas. Acéptalo. Cuídalo. Porque no es una debilidad, es una luminosa capacidad. Y en este mundo que necesita más empatía, más arte, más conexión… tú eres necesaria o necesario.

Características principales de las PAS

  • Reflexionan mucho antes de actuar y analizan situaciones desde múltiples perspectivas.
  • Son más reactivos a luces brillantes, ruidos fuertes, olores intensos o texturas molestas.
  • Experimentan emociones (positivas y negativas) con mayor fuerza. Pueden llorar con facilidad o conmoverse profundamente con el arte o la naturaleza.
  • Se abruman en entornos caóticos (centros comerciales, fiestas) y necesitan tiempos a solas para "recargarse".
  • Detectan fácilmente el estado de ánimo de los demás y a menudo absorben las emociones ajenas.
  • Les afectan más los reproches o los conflictos, pues los procesan de manera intensa.

Desafíos comunes.

  • Sobrecarga emocional en situaciones estresantes.
  • Dificultad para establecer límites (por complacer a otros).
  • Sentirse incomprendidos (se les tacha de "demasiado sensibles").
  • Mayor propensión al agotamiento (burnout) por su tendencia a la sobreestimación.

Fortalezas de las PAS

  • Creatividad y apreciación artística. Muchos son artistas, escritores o músicos.
  • Intuición desarrollada. Captan matices que otros pasan por alto.
  • Conexiones profundas. Son amigos leales y buenos oyentes.
  • Conciencia ética. Suelen valorar la justicia y la autenticidad.

Cómo gestionar la alta sensibilidad.

  • Autocuidado Priorizar descanso y espacios tranquilos.
  • Límites saludables. Aprender a decir "no" sin culpa.
  • Mindfulness. Meditación o yoga para regular la sobreestimación.
  • Seleccionar entornos. Evitar situaciones abrumadoras cuando sea posible.

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